Los extremos de comunicación


Desde hace un tiempo, no tan lejano, buena parte de los medios de comunicación han dejado de ser medios.
Son más bien extremos.

En una situación ideal, los medios deberían reflejar hechos de cierta trascendencia para una mayoría, que en general no está presente en el lugar donde éstos ocurren. Es decir, no hay forma de tomar conocimiento de acontecimientos que no se presencian, sino a través de los medios de comunicación. Un acto de gobierno, un evento deportivo, son ejemplo de noticias que necesitan un canal para ser difundidas. Los medios, así, reflejan de alguna forma sucesos que pertenecen a la realidad.

Ocurre que, en el último tiempo, no ha sido el único rol de los mismos. Además de transmitir, se han corrido de la mitad del puente suceso-individuo, para acercarse al extremo generador de la noticia. Una suerte de integración hacia atrás en el mercado de la comunicación. Al igual que las grandes cadenas de supermercados comienza a producir alimentos (Walmart,Makro) porque se dan cuenta que ya concentran el poder necesario de mercado, los grandes medios de comunicación han comenzado a producir noticias. A crearlas. Esto no supone necesariamente una ficción. Puede tomarse un hecho objetivo de la realidad e interpretarlo, sesgarlo y adjetivarlo hasta convertirlo en noticia.

Ahora bien, ¿cuál es el objetivo de tal producción?¿Con qué intereses se gestan estas nuevas realidades?
En principio, se pueden identificar dos.

El primero es el lucro. Un objetivo económico. Se toma entonces un hecho de la realidad, se lo presenta, explica y narra para obtener un rédito o maximizarlo.
Esto es completamente visible en el mundo del periodismo deportivo. Un equipo gana dos partidos, y se habla de 'la máquina de River'; un equipo pierde dos partidos y se habla de 'la minicrisis que atraviesa'. Se parte de un resultado deportivo menor, y se buscan los términos para generar en el receptor las emociones que profundicen el interés por la temática en cuestión. En este sentido, la noticia será más consumida -y por lo tanto más redituable- en cuanto produzca sentimientos fuertes, ya sean a favor en contra de las mismas.
¿Cuántas personas menos tendrían interés una nota que titulase 'Boca 1 - Central 1' respecto a 'Empate con sabor a nada en la Bombonera'?

Se pretende una respuesta emocional desde consumidor hacia la noticia, nutriéndola de contenido económico, y poniendo en funcionamiento un círculo que retroalimente la máquina de producir noticias.
Desde el punto de vista de los que convierten realidad en función de utilidad, cuantas más noticias se puedan producir, más posibilidades de rédito existirán. Si se presentan la información como algo tibio y corriente  no se puede pretender que alcancen el impacto para hacer girar esta rueda. Por lo cual la misma se encuentra acompañada siempre con un adjetivo: 'Extraño caso policial','Audaz Robo', 'Desopilante Crimen'. De esta manera, se construye una idea necesaria para el consumo. La idea de anormalidad de la noticia. De suceso fuera de lo común.

Tal fin puede ser muy cuestionado en tanto sesga, interpreta, condiciona la información, pero debe entenderse como objetivo per se de toda organización con fines lucrativos. El empleo de todas las herramientas legales para explotar las utilidades. El contenido económico de la noticia.

El segundo interés es más peligroso. Se puede pensar como la intención de generar consenso alrededor de una idea, que parte directa o indirectamente desde la noticia. Es decir, su contenido político. Se pretende instalar una visión hacia una temática que puede ser coyuntural o estructural. Aquí basta recorrer la portada de cualquier periódico de nuestro país, y resultará sencillo encontrar hechos, que según su narración buscarán generar acuerdo en uno u otro sentido.

Tomemos por ejemplo un caso internacional:
Noticia día 1: 'Miles de católicos mueren asesinados por el Islam'
Noticia día 2: 'El terrorismo islámico decapita periodistas en medio oriente'
Noticia día 3: 'Niña de 7 años se suma al grupo de las yihaditas'.

La noticia del día 4 ya se ve venir: 'Un grupo de paises de Occidente, encabezado por Estados Unidos atacará al estado islámico'.
Las tres primeras noticias cobran sentido entonces. Fueron utilizadas para acordar sobre una idea, para generar otra noticia. ¿Significa entonces que por esto no son ciertas?¿Significa que todo es una gran ficción?
Claramente no. Los crímenes existen, también los horrores. Y quizás son aún más brutales que los que se muestra. Pero, ¿por qué se pone el acento, toda fuerza mediática en ese rincón del mundo si hay tantas torturas en nuestras sociedades, tantas injusticias, tantos arrebatos de derechos elementales? La respuesta está en el contenido político de la noticia. En la reacción que se pretende generar.

En suma, el periodismo, en su concepción posmoderna, apela a los recursos emocionales para impactar con el contenido de una noticia, generar su consumo y el consentimiento sobre el mensaje que ésta intenta transmitir.

Miedos y medios

En 2001, el Antrax fue el miedo mundial.
En 2005, la gripe aviar.
En 2009, la gripe A.
En estos días, el temor por el Ébola se mete en cada rincón del planeta.
Parece que dos veces por década, los laboratorios y los medios de comunicación acuerdan en alertarnos sobre enfermedades y pandemias con cifras que la misma Organización Mundial de la Salud desacredita.
¿No basta con las pestes con las que el mundo ya convive?
¿No alcanza con los cientos de miles que mueren por año a causa del hambre y las tuberculosis? Males, para los que ya existe cura.
El temor nos hace conservadores, y propensos a consumir las soluciones que en poco tiempo, nos estarán ofreciendo los mismos que nos venden el problema.