La Victoria de Gallardo


Alguna vez Bielsa, siempre estudiado y examinado como sapo de otro pozo, dijo que su mayor mérito profesional fue que le hayan renovado el contrato al frente de la Selección Nacional, tras la inesperada eliminación en la primera fase de Corea-Japón 2002. Puso por delante el reconocimiento en la derrota, antes de por ejemplo, la primera medalla dorada en los juegos olímpicos que supo conseguir.

Marcelo Gallardo es un técnico muy joven, y aunque lejos está del frenesí bielsista, ha demostrado en sus decisiones que es un entrenador que tiene quizás la principal característica a la que un conductor debe aspirar: Su eje, su centro, sus convicciones. Con un esquema ofensivo, marcadores de punta que llegan al gol y la contracultural apuesta de jugar con enganche, ha conseguido que River levante un trofeo internacional tras 17 años.
La Copa Libertadores será la obsesión de este año, por lo que deberá apelar a la rotación de jugadores. La contratación de la promesa quemera, Gonzalo 'Pity' Martinez, ha puesto en evidencia que aunque los nombres cambien, el sistema y la idea permanecerán intactas.

Sin embargo, más allá de sus títulos en Nacional y River, de su vocación siempre protagonista, esta semana ha tomado una de esas decisiones que muestran el carácter de líder de grupo que lo destaca. En contra de todas las voces que clamaban cambios y golpe de timón tras las derrotas frente a un Boca 'alternativo', el muñeco decidió no salirse de su línea. "Desde afuera dijeron que iban a rodar cabezas, pero yo no puedo perder la brújula", afirmó durante su conferencia de prensa el entrenador millonario. Prefirió no marearse frente a quienes ya tenían el cuchillo afilado. Una verdadera muestra de confianza, puertas adentro, hacia un plantel golpeado.

Y aunque el miércoles perdiese la final contra San Lorenzo, acaba de conseguir su mejor victoria ganándole a toda turbación, generalmente interesada: la interna.