Desde otros azules










No veo nada,
pero puedo sentir cómo la tarde
se acurruca en el cielo
y se tiñe de frío

Todavía difusas,
flotando sobre la humedad de la ciudad,
tus palabras me llegan
con colores compuestos.

Mis ojos no lo pueden observar,
pero percibo una gota,
que el aire ya no puede abrigar,
una gota que nace tímida,
y crece, lenta, hacia su destino inevitable.

Alertados, mis sentidos,
por tu cuerpo, que me inunda
con sus formas redondeadas,
con su olor a frutas frescas.

No veo nada,
salvo tu sonrisa,
que me llama
desde otros azules.

Sobre viajes y Libros



A veces tengo la sensación que viajar y leer son sinónimos.
Dos formas semejante de evasión elegante.
Dos maneras hermosas de sumergirnos en ficciones que endulcen las realidades.
Un libro es un viaje hacia el interior.
Un viaje un conjunto de páginas vacías que escribimos en primera persona, caminando por lugares nuevos, degustando sabores desconocidos.
Un viaje empieza cuando se imagina, pero no se termina mientras tenga anécdotas para entregar, subrayadas en sus páginas, resaltadas con fibrones de colores.
Cada jueves, las redes sociales están repletas de recuerdos viajeros. Afortunado soy porque los protagonistas y superhéroes de mis historias son, además, mis amigos.