Nada para Elegir


"Cualquier cliente puede tener el coche del color que quiera siempre y cuando sea negro", Henry Ford, Mi vida y Obra, 1922.

Asistimos, después de doce años, a elecciones reñidas, donde no se sabe a ciencia cierta quién será el ganador final, si habrá o no balotagge, y quiénes formarán parte del mismo. Sin embargo, aunque la salsas aparezcan en envases diferentes, sus sabores son bastante amargos y similares.

El principal candidato es Daniel Scioli, un producto noventista que supo construir con su estilo Reutemannista - de silencio, obsecuencia y camaleonismo - el espacio político para ser el único candidato a presidente de un movimiento que lo defenestró.
El gobernador bonaerense nunca fue progresista. Cuando nacía el gobierno de Nestor Kirchner, y él era su vice, se manifestó en contra de derogar las leyes más emblemáticas en materia de recursos humanos, las de obediencia debida y punto final. Su provincia cuenta con una de las policías más corruptas del país y el hipotético gabinete nacional que ha conformado es estrictamente conservador.

Mauricio Macri es el opositor mejor posicionado. En el año del asesinato del fiscal Nisman, es curioso que pueda ser presidente un jefe de gobierno procesado por escuchas ilegales. Su candidata a vicepresidente, muy preocupada por el funcionamiento de las instituciones, renunció a la vicejefatura de gobierno para ser candidata a legisladora. Más allá de su repentino cambio ideológico, el PRO votó en contra o se abstuvo en leyes que indudablemente han sido lo más rico de estos años: matrimonio igualitario, fertilización asistida,
recuperación de emblemas nacionales como Aerolíneas Argentinas e YPF.

Queriéndose colar en la discusión asoma Sergio Massa. Quizás en su carisma, edad, o dicción se diferencie del resto, pero el peronismo le tiene guardado un pasado que no es tan fácil de borrar. Decidió en 2009, al igual que Daniel Scioli y en la misma lista, ser candidato testimonial, es decir, ser elegido para un cargo que él no asumiría. Sus programas educativos, procesales y penales exponen su visión de estado policial.

Conviviremos, probablemente, con años de una visión política más light, menos discursiva y autoritaria, pero también menos inclusiva, consecuencia de haber bastardeado durante doce años conceptos, organizaciones e ideologías que solían darnos significado.