Nuestros



Lanzas que me alcanzan
garras que me hieren.
Sumamente invasivos,
tus recuerdos,
me caminan por la espalda
cuando el sol ya no me mira.

Salen desde mis manos
zarpan con un grito
desmedidos y prudentes,
mis recuerdos,
bajan por mis sienes
cuando la noche me deja solo
y mi alma no encuentra refugio