Desnudeces




Cuando ya no hay más prendas,
asoma por sobre tus caderas exageradas
el azul de tu alma,
balanceándose en sintonía fina.

Y se filtran en la noche,
por tu cuerpo despojado,
tus historias, los caminos,
las victorias, tus tristezas.

Generosa, tu piel,
concede que sus miedos taciturnos
broten en manantiales
y acompañen hasta el naufragio
nuestra coincidencia inevitable.

Mis yemas, que van jugando
a repasar lentamente tus rincones,
se encuentran también con tu infancia,
dibujan en tu vientre ilusiones adolescentes,
se quedan detenidas en un viejo amor.

Los pliegues de tus piernas le hacen un lugar a mis ojos,
Y se topan además con tus libertades,
Se enfrentan con un cómplice secreto
Y burlan aquel dolor remanente,
Que infructuosamente pretende desdibujarte la sonrisa.
Y te veo tan mujer, y tan niña.

Ese mundo de iguales;
La utopía feminista;
Todos los sueños que te forjaron
nacen, asimétricos, desde tus hombros,
Toman forma en tus pechos tensados.

Porque nadie puede desnudarse
sin desnudarse por completo;
Porque dos no pueden encontrarse
sin encontrarse íntimamente,
me dispongo a desvestirme yo
y caminar hacia tu encuentro.