Habrá mañana



Pasajero será este tiempo,
un paréntesis entre dos encuentros,
Viciado, tanto aire,
mudará su color tenso.

El sol nos dará de lleno en la cara,
y las miradas acuarentenadas,
se achinarán hasta hacerse lágrimas.

Reconoceré tu tacto impaciente,
como quien no posee otro sentido.
El café y tu piel volverán a fundirse,
y apagarán, por un rato, mi sed.

Agazapados, tus besos,
me esperarán en la niñez del otoño.
Y sonreiremos con dejadez,
con ese rictus ligero
que sólo confieren
las precisas proporciones
de amor y placer.

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