Cada vez que te vas





 
Tu perfume danza en una estela
que mis manos buscan y no alcanzan.

Pensativos y oscuros,
tus ojos se quedan un rato más,
escrutando los míos.

Contra el temblor de mis dedos, 
tus manos siguen pulseando;
y recrean nuestras formas
a su imagen y semejanza.

Me persigue entre los libros
la inercia de tus besos;
me invita a pisar los caminos,
más sublimes y perversos.

Tiene el color de tu voz.
la lluvia que suena en la chapa,
furtiva, como las coincidencias.

Tu cuerpo de cristal,
permanece intacto.

Cada vez que te vas

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