Aprendizajes
Descubrimos
que los viejos hacen largas colas todos los meses, para cobrar su flaca jubilación;
que tres de cada cuatro cobran la mínima,
que no usan las tarjetas
y que no tienen quién les dé una mano.
Destapamos
a las cárceles superpobladas, siempre del mismo estrato social, que les promete exclusión eterna;
a un sistema judicial que encarcela a más de la mitad de los sospechosos,
aunque no tengan todavía condena.
Notamos
que los pobres viven hacinados, rodeados de su pobreza;
y que pagarán como siempre los mayores costos,
sanitarios y económicos.
Supimos
que entre los males, hay quienes siempre guardan
un poco más de codicia
para cuando la situación apremia.
Realzamos
toda forma de cultura, para llenar tanto vacío;
a los libros y a las ficciones, para evadir tanta realidad.
Reconocimos
que Estado se escribe con mayúscula,
que hacia adelante no se camina sólo,
y que el cuerpo es definitivamente político.
¿Cuánto tiempo nos llevará desaprenderlo?
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