El horario de las visitas y los papeles

 Corría el año 2006 cuando los juicios por crímenes de lesa humanidad sumaban fojas y testigos. Provocante, desde el banquillo, miraba a las cámaras el ex comisario general Miguel Etchecolatz, jefe de la Policía Bonaerense durante la dictadura. El responsable de una enorme una red de centros clandestinos de detención y tortura donde había desaparecido miles de personas, tenía un papel entre las manos. 

Caligrafía irregular y tinta negra dibujaban un nombre: Julio Lopez. El viejo albañil que se animó a contar treinta años después lo que había sufrido, visto y oído. Días después de dar testimonio fue desaparecido para siempre, presuntamente torturado, esta vez en su vejez. Y aunque las recompensas se multiplicaron, nada se supo hasta hoy sobre Julio Lopez. 

En cambio, sí de Miguel Etchecolatz , quien murió en 2022 orgulloso de sus crímenes y preso. En otro de sus papeles solía tener agendadas sus visitas. Allí podía leerse el nombre de Victoria Villaruel, probable  vicepresidenta de la Nación.




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