Juventus: La vieja y bella señora



Mourinho es uno de los técnicos más influyentes de la última década. Durante su paso por el Inter consolidó un equipo con estilo bien definido, que lo consagró campeón de Italia por cinco temporadas consecutivas. Sería todo un desafío romper con esa hegemonía, y mucho más difícil erigir una nueva con impronta poco tana.

Juventus lo ha conseguido. Mientras se encamina hacia su cuarto scudetto en cuatro años, el comienzo de 2015 le permite verse nuevamente en los octavos de final de la Champions League. Su liderazgo en la liga italiana no lo ha atado a una única forma de jugar, y pretende - ya desde tiempos del entrenador Conte, pero hoy más como Allegri como conductor - cortar el mito del catenaccio de su raíz futbolera.

La Juve juega en el Calcio como un verdadero grande. Al igual que Bayern Munich, Real Madrid  o Barcelona en sus ligas locales, La Vecchia Signora domina en posesión y territorio cada partido. Y esto exige un cambio de mentalidad profundo, en un fútbol donde la faz defensiva siempre fue el principal valuarte (y a veces el único).

Con dos centrales aguerridos, pero de buen pie intentan iniciar cada jugada desde la propia meta de Buffon. Bonuccio y Chielini -el hueso preferido de Luis Suarez en Brasil -además tienen buen juego áereo y saben llegar al gol. Los laterales ocupan un rol preponderante en este esquema, porque Juventus juega sin carrileros. Tanto Lichtsteiner o Cáceres por el lado derecho, y el senegalés Evrá  por la banda izquierda, deben hacer todo el recorrido. Deben comenzar siendo opciones de pase para los zagueros o mediocampistas, para  terminar la jugada pisando el área rival.
Y este gran trabajo de los otrora marcadores de punta, le permite poblar la mitad de cancha con internos y creativos que aumentan las posibilidades de marcar. Pogba y Marchisio son los que juegan algo más abiertos, pero nunca llegan a las bandas. Vidal, Pereyra y Pirlo pueden tener la pelota hasta que se cansan.
Las rotaciones permanentes son tan necesarias como desequilibrantes. Los delanteros se suman a estos movimientos, y las defensas rivales pierden toda referencia de marca. El mismo Tevez suele arrancar unos metros más atrás, colaborando a la confusión adversaria. Y no es casual que el delantero de referencia, el de área -generalmente Llorente o Morata - sea el más desfavorecido de este esquema.

Seguramente será otra la historia cuando, en la Liga de campeones, se enfrente a rivales de mayor talla. Aún hoy, se encuentra, aunque más cerca, en un segundo escalón de Europa. No han podido, todavía, borrarse viejas usanzas del manual italiano, como hacer un cambio defensivo cuando se convierte el 1-0, o revolear innecesariamente el balón al despejar.
Llegar a semifinales sería un gran premio. Ya habrá tiempo para mejorar, y refinar las aspiraciones, porque la Juve, la señora del norte, sigue envejeciendo, pero está, también, cada vez más linda.

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