Las calzas y la hipocresía ajustadas al cuerpo


Cobró trascendencia, a nivel nacional, en estos días una noticia que daba cuenta de una supuesta campaña publicitaria a favor del precandidato a gobernador, Mario Barletta. En ella, se observaba a voluptuosas mujeres exhibiendo una leyenda que lo auspiciaban para tal función.
Y honestamente, llama la atención. No el uso de mujeres y cuerpos trabajados para hacer o deshacer política, sino la repercusión que esto ha generado en los medios de comunicación. Los mismos portales, que hicieron rebotar la noticia a lo largo y a lo ancho del país, tienen en su portada, no menos de dos o tres noticias, en las cuales la estrategia para que el lector ingrese a una noticia es una mujer semidesnuda.
Es evidente que tenemos que rediscutir las formas en que los cuerpos son utilizados como instrumentos para la venta. Cualquiera sea el producto que se quiera vender: un candidato, un shampoo o un helado. Y es aquí donde existe una doble cosificación: por un lado, la mujer y sus curvas ideales - generalmente irreales - son empleados como objetos de deseo, mientras que el varón es también objeto, pero de mercado. Ambos, superficializados y cuantificados, medidos en unidades monetarias.
La hipocresía surge cuando quienes pretenden dar esta discusión son quienes lucran, a diario, con similiares métodos. Todo esto no hace más que pensar que hubo intenciones específicas al colocar este titular como novedad trascendente. Los grupos mediáticos no suelen atentar ingenuamente contra sus intereses.

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