A veces, la luna





















A veces, la luna
juega a pintarme la cara,
a ensuciarme en colores,
los pliegues que se resisten a ser arrugas,
con crayones desgastados.

A veces, la luna
mengua con acuarelas sus tardes,
me invita a bailar de a dos
y yo, que poco sé de las danzas
no me resisto a convidarle  mis manos;

A veces, la luna
se llena de fuerza femenina,
me hace un lugar en sus sábanas,
acaricia mis senderos,
tornasola mis seguridades,
y ya no puedo pedirle que se vaya.

A veces, la luna
crece desde los silencios,
me lee un cuento de Borges
que ansío poder terminar,
antes de caer en otro sueño.

A veces, la luna
desaparece nómade, ausente,
y yo viajo, lejos,
sólo para encontrarla dentro mío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario