Las grietas



Se puede pensar que la grieta es la división de estos tiempos kirchneristas. Que lo que nos separa es estar de uno u otro lado. Ser más o menos monopólicos, nacionales y populares o golpistas.
Se puede creer que nuestros zurcos pasan por Messi o Maradona, y entonces diferenciarnos por sus formas, sus magias, sus educaciones y sus clases sociales.
Mirar o no Tinelli y su porquería, parece también, a veces, ponernos en las diferentes veredas del entretenimiento y el buen gusto.
Pero quizás la grieta sea más profunda y más vieja. Quizás la grieta esté en nosotros mismos, y luchemos a diario contra nuestras construcciones mentales.
Quizás seamos cada uno de nosotros un poco de todo, y quizás nos moleste mucho.
¿Y si somos tan intolerantes como a quienes criticamos?¿Y si tal vez nos apesta lo que vemos reflejado en el otro de nuestra propia personalidad?
Y grave sería que las grietas aparentes no nos dejen ver nuestra grieta profunda, que es la llave para ver alguna grieta real.
Y si hay alguna real, externa, es el pais que venimos desarmando hace medio siglo.
Por un lado, los que podemos llegar a fin de mes; por el otro, los que la reman.
Por un lado, los que gozamos de derechos laborales, cobertura social y vacaciones; por el otro, los trabajadores en negro.
Por un lado, los que para estudiar no necesitamos trabajar; por el otro, los que por trabajar no pueden estudiar.
Por un lado, los que podemos acceder a la salud privada, mientras hay quienes tienen que hacer cola por una curita.

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